Eso nos lleva al segundo libro de la Torá: Éxodo. Aquí, los israelitas son esclavizados por los egipcios, y la primera mitad del libro se enfoca en que Dios llama a Moisés para que libere a su pueblo de los egipcios. Dios salva a su pueblo, pero ahora son una nación sin hogar, que vaga por el desierto y no está seguro de por qué Dios los salvó.
A partir de ese momento, vemos cómo Dios trata de restaurar su presencia entre su pueblo. Él baja al Monte Sinaí, le da a Moisés los diez mandamientos y da instrucciones a los israelitas respecto a la construcción de un templo: un lugar donde Dios pueda vivir entre ellos.