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Dios provee un camino para que las personas vivan en su presencia

Dios quiere vivir en medio de su pueblo, pero ni siquiera Moisés puede entrar al tabernáculo ni al punto de acceso de la santa presencia de Dios. ¿Podrá el pueblo de Dios ser un fiel compañero del pacto que pueda estar en la presencia de Dios y bendecir a las naciones? Levítico da tres respuestas sorprendentes a esa pregunta.

El tabernáculo

Dios no permite que la rebelión del pueblo lo aleje de su presencia. En Levítico, Dios introduce un sistema de sacrificios y leyes de pureza para que los israelitas puedan expiar sus pecados. Y también crea un sacerdocio, representantes especiales que representan a Dios ante el pueblo y al pueblo ante Dios.

El sistema de sacrificios permitía que la gente alabara a Dios y pidiera perdón por sus pecados. Las fiestas rituales eran un medio para que Israel recordara su historia y las formas en que Dios los había librado y les había sido fiel. Y las leyes de pureza ayudaron a Israel a ver que la santidad de Dios afecta todas las áreas de la vida.

El libro de Levítico concluye con un llamado a la fidelidad al pacto. A pesar de su pecado e impureza, Dios abrió un camino para que el pecado fuera cubierto y su pueblo pudiera vivir con él.

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