El libro de Joel describe el Día del Señor mediante enjambres de langostas, batallas e imágenes poderosas para que los lectores puedan entender su magnitud.
El profeta Joel habla de un día en que los imperios malvados serán derribados y el pueblo de Dios finalmente será liberado de los sistemas humanos corruptos. Será una gran liberación que genera esperanza para el pueblo de Dios que vive en medio de las consecuencias del pecado y la injusticia.
Joel también habla de la promesa del Rey mesiánico y la llegada del Espíritu de Dios. Él profetizó que el pueblo de Dios estaría lleno de visiones, sueños y el poder del Espíritu. Vemos que muchas de las profecías de Joel se cumplen en el Nuevo Testamento, específicamente en los acontecimientos de Pentecostés.
La justicia prevalecerá
Aunque el pecado de Israel nunca se menciona específicamente en el libro, Joel tiene claro que Dios no permitirá que el mal siga causando estragos en su mundo bueno. Él liberará a su pueblo y llevará la nueva creación y su Espíritu a sus seguidores.