El libro de Isaías describe el juicio que se avecina a Israel y las naciones mientras apunta a la futura esperanza de un nuevo pacto y a la llegada del Mesías.
Aunque Israel enfrentará las consecuencias de su rebelión, las palabras proféticas de Isaías están llenas de esperanza para el día en que Dios restaure a su pueblo para sí. Esa esperanza se iba a encarnar en el siervo de Dios, “Emanuel”, que un día iba a establecer un nuevo Israel y el Reino de Dios en la Tierra. Las profecías de Isaías se cumplen en la vida, muerte y resurrección de Jesús.
Esperando una nueva Jerusalén
Al igual que Elías, Jeremías y los otros profetas, Dios llamó a Isaías para que diera su mensaje a Israel. El libro de Isaías está lleno de relatos aleccionadores sobre el pecado y la rebelión de Israel y de advertencias del juicio venidero. Pero junto con las advertencias, Isaías también ofrece un mensaje de esperanza: un siervo sufriente, un mesías venidero, que establecerá el Reino de Dios en la Tierra y creará una nueva Jerusalén.
Durante generaciones, las palabras de Isaías han alentado a miles de personas que han esperado con expectativa al Mesías y que Dios corrija todo lo que está mal.