La segunda parte de Génesis traza la fidelidad del pacto de Dios con la familia de Abraham mostrando la fidelidad de Dios a pesar de los repetidos fracasos.
Dios hace la promesa de bendecir a todas las naciones a través de la familia de Abraham. ¿Pero con esposos que envejecen, matriarcas impacientes, hermanos engañosos y traiciones familiares, cómo prevalecerá la promesa de Dios?
Dios llama a Abraham
Génesis 1-11 cuenta la historia del mundo bueno de Dios y la rebelión y corrupción recurrentes de la humanidad. ¿Cómo restaurará Dios la bendición al mundo? Encontramos la respuesta en la familia de Abraham.
Dios hace un pacto con Abraham, prometiendo engrandecer a su familia y bendecir a las naciones por medio de su linaje. El resto de Génesis le sigue el rastro a esa historia a lo largo de cuatro generaciones. En cada generación, vemos el fracaso humano junto al compromiso de Dios de rescatar y bendecir. Como resume la historia de José al final: "Ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios lo cambió en bien para que sucediera como vemos hoy, y se preservara la vida de mucha gente" (Génesis 50:20).
Al concluir el libro de Génesis, vemos la promesa de un rey del linaje de Judá que va a gobernar las naciones y restaurar la bendición al mundo (Génesis 49:8-13). Es esa promesa la que se cumplirá en el mesías de Israel.