En la primera parte de Éxodo, Dios libera al pueblo esclavizado de Israel a través de sus siervos Moisés y Aarón con un enfrentamiento épico entre el bien y el mal.
¿Cómo responde Dios cuando su pueblo le clama? La primera parte del libro de Éxodo narra una poderosa confrontación entre Dios y el Faraón, donde vemos que Dios responde a la maldad humana y libra a su pueblo de la opresión.
La familia de Abraham ha cumplido el mandato original de Dios de ser fructífero, multiplicarse y llenar la Tierra (Éxodo 1:7). Pero, en lugar de gobernar junto a Dios en su mundo bueno, los israelitas son esclavizados por un líder cruel en Egipto.
En respuesta a su clamor, Dios llama a Moisés para que sea su representante y libere a los israelitas. Moisés se enfrenta al Faraón y a los dioses de Egipto mediante diez plagas, que culminan en la Pascua. Dios mata a los hijos primogénitos en la tierra, pero ofrece una vía de escape por medio de la sangre de los corderos.
Cuando los egipcios persiguen a los israelitas mientras huyen, Dios divide las aguas del mar para que los israelitas crucen y arrasa con el ejército del Faraón que los persigue. El primer canto de alabanza exalta a Dios como su rey y redentor. Sin embargo, poco después, los israelitas comienzan a murmurar, mostrando su dureza de corazón.