Preguntas para la reflexión personal o conversación grupal:
Da un ejemplo práctico de lo que significa comer del árbol de la vida. ¿En qué se diferencia de comer del falso árbol de la vida?
Compara Juan 15:5-13 con Mateo 7:15-20. ¿Cómo da vida la vid verdadera? ¿Cómo reconocemos un falso árbol de la vida?
¿Cuáles son algunos ejemplos de buenos y malos frutos (ver Gálatas 5:16-25)?
Cuando Jesús habla de lo que logrará su muerte, habla de una semilla que va a la tierra antes de que dé fruto (ver Juan 12:23-26). ¿Qué pasaría si viviéramos según los caminos de Jesús y diéramos fruto de vida?
Tómense un tiempo para hablar sobre otros temas, preguntas o conclusiones clave de lo que aprendieron juntos.
En las páginas iniciales de la Biblia, los humanos son retratados como colaboradores regios de Dios, hechos a su imagen divina. Dios ordena un espacio sagrado donde el Cielo y la Tierra son uno solo, y luego pone la vida eterna a disposición de los humanos por medio de un árbol. Aunque a lo largo de la historia muchos han creído que el árbol de la vida es una planta mágica que imparte vida eterna, la historia bíblica presenta un panorama más amplio. Los árboles sagrados que ofrecen vida divina eran un tema importante en el arte religioso del antiguo Egipto y Babilonia. Pero en el jardín del Edén, el árbol está ubicado en el centro del espacio sagrado, el "lugar santísimo" del lugar donde se encuentran el Cielo y la Tierra (Génesis 2:9).
El árbol del conocimiento del bien y del mal
La ubicación del árbol de la vida en el medio del espacio sagrado significa que la vida que está siendo ofrecida no es inherente al árbol, sino un regalo divino que llega a través del árbol. El árbol imparte la vida misma de Dios, y estar cerca de él y comer de él es estar cerca de Dios e ingerir el poder y la presencia de su propia vida, o, como dice Génesis 3:22: "el que tome y coma vivirá para siempre". Pero, por desgracia, la humanidad es exiliada del jardín y del árbol debido a su insensata búsqueda de la sabiduría divina, y queda fuera del jardín en un reino de mortalidad y dolor, anhelando regresar.
Árboles en lugares altos
Para la familia de Abraham, este lugar de encuentro divino-humano fue recuperado en el tabernáculo y el templo de Israel. Estas estructuras albergaban lugares santos, un punto de acceso a la presencia de Dios, donde una nueva humanidad se encontraba con Dios en un espacio que conectaba el Cielo y la Tierra (Éxodo 25:22). Estas salas fueron diseñadas con un candelero similar a un árbol en el centro (Éxodo 25:31-40) y con árboles alrededor (1 Reyes 6:29). Era un Edén renovado, pero la familia de Abraham repite la historia del Edén al tratar de recrear su propia versión del árbol de la vida. Pensemos en los muchos “lugares altos” donde Israel adora a otros dioses al pie de los árboles sagrados (Deuteronomio 12:2; 1 Reyes 14:23; 2 Reyes 16:4). Finalmente, Dios permite que estos espacios sagrados sean destruidos y permite que los israelitas sean exiliados de su hogar (2 Reyes 24-25). Toda esta historia es el contexto para entender la llegada de Jesús y su mensaje sobre la venida del Reino de Dios a la Tierra como en el Cielo.
El árbol de Jesús
Jesús dijo que la presencia celestial de Dios estaba llegando a la Tierra por medio de él y su misión. Y muchas veces vinculó su Reino con un árbol enorme, que crecía y se extendía sorprendentemente (Mateo 13:31-32). Jesús incluso afirmó ser un árbol de vida, una vid que ofrece la vida de Dios al mundo (Juan 15). Pero en una inversión devastadora, los líderes de la familia de Abraham matan a Jesús en lo que creen que es un árbol de muerte. Pero debido al amor de Dios, que es más fuerte que la maldad humana, la cruz se transforma en un árbol de vida. Quien coma de este nuevo árbol de la vida, al confiar y seguir a Jesús (Juan 6:41-58), descubrirá el regalo de la vida eterna de Dios.
La ciudad jardín
Por eso, la historia de la Biblia concluye con una creación renovada, una ciudad jardín con un nuevo árbol de la vida en su centro (Apocalipsis 22:1-2), que también es el trono de Dios y Jesús resucitado (Apocalipsis 21:22). Toda la historia de la Biblia puede contarse como una historia sobre árboles. Los humanos rechazan el árbol de la vida y cuelgan a Jesús de un árbol de muerte, pero ese árbol se convierte en un nuevo árbol de vida que brota en una creación renovada, restaurando el plan de Dios para la humanidad.