Durante siglos, la iglesia cristiana ha celebrado la resurrección de Jesucristo los domingos, tres días después de recordar su muerte el Viernes Santo. Esta línea de tiempo de tres días se basa en numerosas referencias en el Nuevo Testamento. Jesús predijo su resurrección muchas veces y los apóstoles la incluyen en su anuncio del Evangelio (por ejemplo, Mateo 12:40; Marcos 8:31; Lucas 9:22; Juan 2:19-20; Hechos 10:40; 1 Corintios 15).
Pero, ¿por qué la resurrección de Jesús tuvo lugar tres días después de su muerte? Él podría haber resucitado un día, dos días o incluso cuatro días después de su muerte y, aún así, la resurrección seguiría siendo válida desde el punto de vista histórico de acuerdo con los testigos oculares. ¿El tercer día es simplemente un detalle aleatorio e intrascendente relacionado con la resurrección? O, ¿acaso tiene algún significado la línea temporal?
El tercer día es importante
Para Jesús y los apóstoles, el momento de la resurrección tiene importantes implicaciones teológicas. La línea de tiempo de tres días es importante en la narrativa bíblica porque es el día especial en el que Dios creó nueva vida y activó su pacto con la humanidad. ¿Cómo llegaron a entender esto los autores del Nuevo Testamento?
Jesús y los autores del Nuevo Testamento se basan en un modelo consistente de diseño del tercer día que se encuentra en las Escrituras hebreas. Explorar este patrón por nosotros mismos puede enriquecer nuestra comprensión de la resurrección de Jesús y del significado del tercer día.
El patrón del tercer día en la Biblia hebrea
Tal vez, los ejemplos más claros de resurrección al tercer día en las Escrituras hebreas se encuentren en Jonás 1:17 y Oseas 6:1-2. Jesús hizo referencia a los tres días de Jonás en el vientre del gran pez como una metáfora de su resurrección. Oseas habló de que la obra de resurrección de Dios para Israel ocurriría al tercer día. Aunque estos son textos importantes a considerar, este patrón de resurrección en el tercer día comienza incluso antes en la Biblia hebrea.
Hay tres pasajes que comienzan a desarrollar un patrón de nueva vida que surge en el tercer día: la narrativa de la creación en Génesis 1, la prueba de Abraham en Génesis 22 y los israelitas en el Sinaí en Éxodo 19.
La primera resurrección
¿Dónde encontramos la primera pista del significado de los tres días? En la primera página de la Biblia. El relato de la creación en Génesis 1 está escrito como un poema con frases y paralelos repetitivos. Dentro del ritmo de esas repeticiones, dos acontecimientos en la narrativa de la creación sobresalen como significativos y cada uno de ellos sucede en un intervalo de tres días. En el primer "tercer día", Dios hace que aparezca tierra seca y hace que surja vegetación de la tierra: plantas que dan semillas y árboles que dan fruto (Génesis 1:11-13). La imagen aquí es de una nueva vida que brota o surge de la tierra: de un lugar de no existencia o muerte.
El segundo "tercer día" sucede en el sexto día cuando Dios crea los animales y los seres humanos (Génesis 1:24). Como una reminiscencia del primer "tercer día", el pasaje dice que la tierra producirá seres vivientes (Génesis 1:24-27). Más adelante leemos que Dios formó a los humanos del polvo de la tierra (Génesis 2:7). Una vez más, vemos cómo se crea nueva vida a partir de la tierra. Fíjate también en la conexión entre los humanos y los árboles: ambos son creados de la tierra (Génesis 2:7, 9), ambos dan semillas y frutos (Génesis 1:11, 28; 3:15) y ambos son creados de la misma manera en un "tercer día". Sin embargo, hay dos cosas que son exclusivas de los humanos. Los humanos son hechos a imagen y semejanza de Dios y Dios hace un pacto con los seres humanos, los bendice y les da instrucciones.
Surge un patrón
En los acontecimientos del "tercer día" de Génesis 1, hay tres aspectos importantes que se convierten en un patrón de diseño. Dios crea nueva vida donde una vez hubo muerte (Génesis 1:11-13; 26-27; 2:7). Dios establece su pacto con las criaturas que ha creado, en este caso, los humanos (Génesis 1:28-29). El acontecimiento tiene lugar en el Edén, un lugar alto del que fluye un río (Génesis 2:10-14).
Nunca está de más insistir en la importancia de estas imágenes y de este patrón, ya que se convierten en el prototipo de la futura resurrección.
La prueba de Abraham en el tercer día
¿Dónde más aparece este patrón? Más adelante en Génesis, Dios pone a prueba a Abraham en una de las narrativas más intrigantes de todas las Escrituras (Génesis 22:1-19). Cuando Dios le dice a Abraham que ofrezca a su único hijo, Isaac, como ofrenda quemada en una montaña, el texto dice que al tercer día, Abraham vio el lugar desde lejos y procedió a pasar por la prueba (Génesis 22:4). En esta escena, Dios quiere que Abraham aprenda a confiar en él a través del pacto y la bendición de los hijos. En última instancia, es Dios quien ofrece el sacrificio y lleva a cabo los propósitos de su pacto.
La conexión con el tema del tercer día, aquí reside en un acto de expiación poderosamente vívido realizado por Dios, en el que substituye a Isaac por un carnero (Génesis 22:13-14). Llegamos a descubrir que este acto está envuelto dentro de su proyecto de pacto más amplio para multiplicar la familia de Abraham y bendecir a las naciones por medio de ellos (Génesis 22:17-18). Aquí, de nuevo en el tercer día, vemos un patrón que nos es familiar. Dios actúa para darle nueva vida a Isaac al perdonarle la vida y, a Abraham, al recibir otra vez a su hijo (Génesis 22:11-14). Dios también reafirma su pacto con Abraham, usando lenguaje y temas consistentes con Génesis 1:28 (Génesis 22:17-18). Y haciendo eco de la narrativa de la creación, este acontecimiento también se desarrolla en una montaña (Génesis 22:2, 14).
El tercer día de Israel en el Sinaí
En una coyuntura clave de la historia de la Biblia, encontramos otro acontecimiento que sucede el tercer día. Habiendo rescatado a su pueblo de la opresión de siglos en Egipto, Yahweh está a punto de firmar un pacto con Israel, nuevamente en una montaña (Éxodo 19:2-3).
Aquí, Dios deja claro que bajará al Monte Sinaí al tercer día para estar con el pueblo. Al igual que Abraham, este momento es una prueba para Israel. Ellos deben prepararse para hacer un pacto con Dios y estar listos al tercer día (Éxodo 19:9-16). La narración menciona la frase "tercer día" cuatro veces para asegurarse de que no nos perdamos el hecho de que ese acontecimiento trascendental tendrá lugar durante ese día tan significativo.
Con base en lo que ya hemos visto respecto al "tercer día", deberíamos esperar cierto patrón. ¡Y así es! Dios crea una nueva vida para su pueblo (una nueva identidad para Israel), tal como hizo en la narración de la creación y con Abraham e Isaac. ¡Dios hace un pacto con su pueblo, Israel (Éxodo 19:4-6) y Dios logra todo eso en una montaña (Éxodo 19:2)!
Tristemente, el resto de la historia de Israel en las Escrituras hebreas está marcado por la rebelión, la incredulidad y la incapacidad para mantener su parte del pacto. Eso nos lleva a esos pasajes de los profetas que mencionan el tercer día, que se encuentran en los libros de Oseas y Jonás.
La esperanza de Oseas y la resurrección de Jonás
Ahora podemos leer a los profetas entendiendo mejor el tercer día y sus poderosas imágenes de la resurrección, junto a la conexión con los pactos de Dios. Oseas llama a Israel a “volver a Yahweh”, usando un lenguaje profético clásico para el arrepentimiento y el regreso a la fidelidad del pacto. Además, les da esperanza usando lenguaje de resurrección (Oseas 6:1-2). Para mantener el patrón, ese regreso al pacto significa una renovación de la vida, una resurrección como pueblo a la vida de Yahweh, y todo esto se realizará en el tercer día.
Con Jonás, encontramos que uno de los propios profetas de Israel no obedece a Yahweh y, por lo tanto, experimenta la muerte en una tumba inverosímil: un pez grande. En muchos sentidos, Jonás y su fracaso representan los fracasos de Israel como nación. Pero Dios no se rinde ni ante él ni ante su pueblo. Él le da nueva vida a Jonás después de tres días dentro del pez, haciendo que el pez lo vomite. Esta podría ser la resurrección más inusual de la Biblia.
Jesús predice una resurrección al tercer día
Cuando llegamos a los evangelios, encontramos que Jesús habla de una resurrección al tercer día cuando habla de su muerte con sus discípulos. De hecho, ¡él menciona "tres días" 21 veces en los relatos de los evangelios! A estas alturas, probablemente puedas decir que ese énfasis no fue aleatorio. Jesús fue categórico sobre el tercer día porque representa el patrón de Dios de crear nueva vida y establecer un pacto con la humanidad. Mira cómo la resurrección de Jesús encaja en nuestro patrón de diseño del tercer día.
Dios resucita nueva vida de la tierra (la tumba), en este caso, a Jesús. Dios actúa para hacer realidad el nuevo pacto mediante la muerte expiatoria y la resurrección de Jesús para todos los que creen. Y, por último, el acto de expiación de Jesús ocurre en una colina (montaña).
Las imágenes de Génesis 1-2 de una nueva vida que se levanta de la tierra el tercer día, junto con la conexión con el pacto divino por medio de las Escrituras hebreas, proporcionan una imagen conmovedora del significado teológico de la resurrección de Jesús. Al tercer día, la resurrección de Jesús adquiere una importancia suprema. Es el día culminante del plan de Dios para nueva vida y fidelidad al pacto. Hemos visto esta hermosa imagen desde la creación y su final se encontrará en la futura resurrección de los seguidores de Jesús y la restauración de toda la creación.
¿Qué significa esto para nosotros?
Cuando celebramos la resurrección de Jesús el domingo de Pascua, no solo estamos siguiendo una tradición histórica. Estamos participando en una teología profundamente significativa centrada en el tercer día y la obra redentora de Dios. El patrón de diseño del tercer día es un recordatorio: Dios ha iniciado el proceso de resucitar a las personas a una nueva vida y de traerlas a una alianza de pacto.