¿Alguna vez has esperado algo con mucha emoción y, cuando llegó, no se parecía en nada a lo que esperabas? Tal vez cuando eras niño esperabas recibir un libro de historias fantásticas como regalo de Navidad, pero, en cambio, al abrirlo, te encontraste con un libro de texto escolar para el nuevo año lectivo. ¡Qué decepción! Bueno, cuando abrimos las páginas de la historia del nacimiento de Jesús, no es lo que esperábamos, pero ciertamente no es decepcionante. Exploremos juntos el elenco de personajes y los acontecimientos que rodean el nacimiento de Jesús en los primeros dos capítulos de Lucas.
El tiempo había llegado
Durante 400 años antes del nacimiento de Jesús, Dios guardó silencio. Él no dio palabras proféticas, ni salmos, ni palabras de ánimo a su pueblo. Y luego, un día, apareció e hizo un anuncio bastante significativo. ¿Cuál fue el mensaje que obligó a Dios a romper su silencio?
Durante siglos, remontándonos a Génesis 2 las Escrituras hablaron de un Salvador que liberaría al mundo de la esclavitud del pecado y establecería el Reino de Dios en la Tierra. Entonces, no es difícil de entender que cuando el Mesías finalmente llegó en la forma del pequeño bebito Jesús, nacido de una chica joven, pobre, y desconocida (también conocida como la famosa Virgen María), la gente tenía sus dudas. Ciertamente, ¡este no podía ser el salvador del que hablaron los profetas! Después de todo, de todos los lugares del mundo en los que podría haber nacido, el bebito Jesús nació en un pesebre, fue ubicado en un comedero para animales y su nacimiento fue celebrado por pastores de cabras y ovejas. Esos lugares no eran apropiados para el Rey de Reyes... ¿o sí?
El heraldo: Juan el Bautista
Todo comenzó con una pareja de ancianos estériles, que nos recuerdan a Abraham y Sara. Zacarías, un sacerdote, y su esposa Elisabet, una descendiente del primer Sumo Sacerdote de Israel, Aarón, intentaron tener un hijo durante años sin éxito. Aunque Zacarías trabajaba en el templo, puede que la pareja haya enfrentado críticas, vergüenza y culpabilidad debido a su esterilidad.
Y luego, un día, un ángel llamado Gabriel se le apareció a Zacarías y le dijo que se preparara para tener un hijo. Él y Elisabet lo llamarían Juan. El niño le daría alegría a sus padres, sería grande ante los ojos de Dios y prepararía al pueblo para el mesías. (Dato familiar curioso: Elisabet y María eran primas).
Zacarías no podía creer las noticias. ¿Cómo podrían él y Elisabet tener un bebé? Como cuestionó a Gabriel con incredulidad, Zacarías quedó mudo. Se quedó en silencio hasta que Juan nació y se cumplió la profecía de Dios.
La concepción del Espíritu Santo
Gabriel, por supuesto, también se encontró con el escepticismo de María cuando hizo el segundo anuncio. "¿Cómo puede ser? ¿Siendo que no conozco a ningún hombre?", dijo María. Gabriel explicó que el Espíritu invisible de Dios, el Espíritu Santo, la cubriría y "ese niño santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios". Ella le pondría por nombre Jesús. María aceptó las palabras del ángel, confirmó su voluntad de servir a Dios y meditó sobre el futuro nacimiento de Jesús.
Cuando leemos el relato de Lucas sobre estos increíbles acontecimientos, podemos imaginarnos la gran cantidad de emociones que María estaba sintiendo, al igual que José, su prometido. En esta historia de la inmaculada concepción, María demuestra que, aunque podría haber sido la candidata menos probable para ser la madre mediante la cual Dios se uniera a la humanidad, Dios lo hizo así para que no hubiera duda de que su mano estaba dirigiendo todo. Él hace posible lo imposible: la concepción de Elisabet, que era estéril, y de una virgen, María.
Los anuncios del nacimiento milagroso de Dios son solo el comienzo de una increíble historia orquestada por Dios y registrada por Lucas. Al principio de esta historia, en los primeros dos capítulos, de hecho, se nos da información muy valiosa sobre el plan de Dios. Él se serviría de quienes pertenecían a los estratos más bajos, de los pobres e invisibles, para crear su nuevo orden mundial.